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¿Qué puede ser más apasionante que dedicarse a entender la conducta humana y los procesos mentales que explican nuestro comportamiento?


¡Utilizar esos conocimientos para mejorar la vida de las personas! Eso es más fascinante y es lo que conseguimos con la terapia psicológica, ocuparnos de darte herramientas para que desarrolles tus propias habilidades, acompañarte en tu proceso de crecimiento personal. Y, por supuesto, intervenir específicamente en aquellas situaciones en las que sientes que algo no va bien o cuando se presenta cualquier disfunción emocional que requiere un diagnóstico clínico. En Sterapia, además, estamos absolutamente comprometidos con ofrecerte una terapia psicológica exclusiva. Tu propia terapia psicológica, diseñada solo pensando en ti y tus necesidades.



Entendemos que, si nos ponemos a hablar de terapia psicológica, el término puede sonarte distante, demasiado técnico. Este desconocimiento es lógico que te genere un cierto desasosiego. Y si algo tenemos claro en Sterapia es que necesitamos que nos sientas cercanos. Por eso, es esencial que seamos capaces de trasmitirte que la terapia psicológica no es más que el enfoque que damos a nuestra relación contigo, después de conocerte, analizar juntos tu realidad y valorar tus expectativas. Nuestra terapia psicológica empieza y se desarrolla desde el diálogo. Una comunicación en dos direcciones, sincera y comprometida en la que tú siempre tienes la última palabra.

En Psicología no existe una receta universal, una terapia psicológica válida y aplicable a todo el mundo. Pero, es más, aunque existiese una fórmula que se pudiera utilizar de forma generalizada, esa no sería nunca nuestra opción. Por supuesto que cada uno de los psicólogos de nuestro equipo nos hemos preocupado por alcanzar el máximo de conocimientos en nuestra área. Y, ¡seguimos actualizando e incorporando cada nuevo tratamiento que demuestra su eficacia! Al igual que hemos incorporado los avances tecnológicos para ofrecerte con todas las garantías esta innovadora forma de terapia online.

Pero, siempre teniendo claro que nuestra prioridad es cada persona, como un ser único e individual. De ahí que, aunque nuestro punto de partida sea el conocimiento psicoterapéutico común, la terapia psicológica que vas a recibir es exclusiva. Tus peculiaridades y tus preferencias son las líneas básicas a partir de las que construiremos ese proyecto que tiene por objetivo ayudarte a encontrar tus propias respuestas, orientarte en el camino que decidas recorrer y apoyarte en las decisiones que vayas tomando. Una terapia psicológica pensada por nuestro equipo, del que formamos parte los psicólogos, pero en el que la pieza imprescindible eres tú.

¿Por qué no existe una única terapia psicológica?


El objetivo de cualquier terapia psicológica es dar una respuesta eficaz a las circunstancias concretas de cada paciente que reclama asistencia o apoyo por parte de los distintos profesionales de la salud mental. Pero, tú eres único y, por tanto, nuestra respuesta también debe serlo. Aunque cada psicólogo podemos sentirnos más cercano o identificado conceptualmente con una escuela o corriente de pensamiento psicológico, cuando se trata de afrontar la problemática de un paciente, no nos ponemos límites, no actuamos con reservas o apriorismos. ¡Todo lo que sabemos es válido, si es una verdadera oportunidad para que te sientas mejor!



Por eso, no podemos obviar las aportaciones y evolución que ha ido protagonizando la ciencia psicológica durante todos estos siglos. El resultado son las distintas terapias que han ido apareciendo y que siguen conviviendo a lo largo de este tiempo. Porque una terapia psicológica no es otra cosa que un marco teórico concreto, un enfoque de intervención basado en unos protocolos y métodos concretos y que conducen a unos resultados más o menos determinados.

El número total de terapias, como puedes imaginar es enorme, más si tenemos en cuenta que sobre una misma se articulan distintas modalidades con sus propias características. Sin embargo, es interesante tener al menos una cierta idea de las principales líneas de actuación con las que trabajamos los psicólogos. Al menos, en Sterapia entendemos que proporcionarte información es romper barreras y recelos respecto a lo que piensas que puede ser la atención psicológica. Con nosotros, desde luego, tendrás siempre algo que decir respecto a la terapia psicológica con la que vamos a ayudarte.

Cualquier miembro de nuestro equipo trabaja con dos elementos insustituibles, la interacción y la confianza. Esa es nuestra terapia psicológica, la de hablar contigo, implicarnos e implicarte en tu propia evolución, tener una actitud dinámica que permita cambios o modulaciones que se adapten a cada momento y a cada incidencia que te preocupe. Con una terapia psicológica u otra, combinando varias o añadiendo aquellos aspectos concretos más útiles, lo que podemos asegurarte es que el objetivo es inamovible, ¡hacer que te sientas mejor contigo mismo!

Una figura pionera

Freud y el Psicoanálisis


Imposible no relacionar la evolución de la Psicología, tal y como la entendemos en nuestros días, con la celebérrima figura de Sigmund Freud. Este neurólogo austríaco, que genera tantas controversias como adhesiones incondicionales, ha pasado a la Historia como el padre del psicoanálisis, una teoría revolucionaria de compleja interpretación. Porque, como sucede con alguna otra terapia psicológica, lo que ha trascendido de la aportación de Freud es una lectura superficial de su forma de interpretar los sueños. Y, sin embargo, la profundidad de su aportación es mucho mayor.

Para Freud, la clave que nos condiciona a actuar de una forma u otra, lo que hace que reaccionemos o tomemos determinadas decisiones está en nuestro inconsciente. Es decir, él pone el peso de nuestra conducta en la influencia que ejerce la parte inconsciente de la mente. Además, señala que son acontecimientos vividos en las etapas más tempranas de nuestra vida los que han dejado una huella que es la que explica nuestro comportamiento actual. Pero, insistiendo en la falta de conciencia que tenemos de que esos acontecimientos nos han influido de manera tan determinante.

Por eso, la terapia psicológica basada en el psicoanálisis pone el gran parte de su foco de atención en indagar en el pasado del paciente. Y, sobre todo, en aquellos acontecimientos que ya no recuerdan de forma consciente, pero que están ahí afectando a nuestras emociones y pensamientos. Es una terapia psicológica que se suele plantear a largo plazo porque persigue una reestructuración profunda de la mente de cada individuo y, además, que esos cambios sean duraderos. El objetivo de este enfoque es, por supuesto, mejorar el bienestar del paciente. Solo que, desde su visión, para conseguirlo hay que intervenir al menos en parte de tu personalidad y en el mundo de tus emociones.

Evidentemente, una vez más para que esta terapia psicológica funcione es imprescindible que la relación entre psicólogo y paciente se sustente en la confianza. Nuestro papel es ayudarte a redescubrir tu pasado, a revisar cómo han afectado determinadas vivencias a tu desarrollo personal. Solo si conseguimos que hables con nosotros de forma abierta y sincera de tu vida, podemos ayudarte a entender tus propias emociones latentes.

En el psicoanálisis es esencial, a su vez, que el terapeuta tenga la habilidad suficiente para interpretar lo que se esconde tras el relato que vas haciendo de tu pasado. Recuerda que partimos de la base de que tú no eres consciente de esa influencia, por eso es más necesaria que nunca nuestra capacidad de ver más allá de tus palabras y compartir contigo esas conclusiones. Vamos dialogando y reflexionando sobre esas posibles disfunciones que se te han generado y su origen. Pero, sobre todo, buscando que te conozcas mejor y encontrando el camino para que progreses en la dirección que más te satisfaga.

Como hemos señalado, esta terapia psicológica es controvertida. En general, es poco efectiva para quienes precisan intervenciones rápidas, con soluciones a muy corto plazo. Suele existir un consenso entre los profesionales sobre la menor eficacia del psicoanálisis para tratar trastornos de personalidad, TOC o estrés. Y, en el lado positivo de la balanza, funciona con pacientes que presentan un cuadro poco específico, con episodios de insomnio, baja autoestima o timidez excesiva.

Es un procedimiento que encaja en pacientes que se acercan a nuestras consultas psicológica motivados por un deseo de profundizar en su propia esencia, personas muy interesadas en entender su universo emocional. Ese perfil que tanto encaja con una de las aspiraciones de nuestro equipo, la de serte útiles para evolucionar y tomar el control de tu proyecto vital y orientarlo allí donde tú desees. Eso no implica que nos limitemos a plantearte la terapia psicológica psicoanalítica, ni lo contrario. Primero, nos conocemos y después vamos decidiendo con qué herramientas trabajamos en cada momento. ¡Sin restricciones, pero también sin obligaciones!

La terapia psicodinámica y sus influencias freudianas


Seguro que, según avanzamos en este conocimiento de cada terapia psicológica, vas entendiendo porqué es imposible entender este concepto como algo parcelado y totalmente aislado del resto de enfoques. La realidad es que existe un flujo latente de influencias entrecruzadas y visiones compartidas que, lejos de restar valor a las terapias psicológicas, las refuerza. Una vez más, poner en común y tener la mente abierta a otras opciones es enriquecedor. Desde luego, para los terapeutas es una ventaja porque nos permite recurrir a distintas técnicas para adaptarnos mejor a tu realidad.



También es cierto que la relación es más estrecha entre algunas terapias. El caso de la psicodinámica y el psicoanálisis es de los más significativos en este sentido. Casi podríamos hablar de dos variantes de un mismo concepto. En ambas, el protagonismo del inconsciente es el pilar sobre el que se construye todo el enfoque. Con la terapia psicológica psicodinámica lo que se persigue es hacer que este inconsciente aflore a la superficie. El planteamiento de partida es que, la mente tiene una especie de mecanismo de defensa que le lleva a mantener ocultos e inaccesibles aquellos recuerdos que nos resultan más dolorosos.

Sin embargo, a pesar de esta afinidad, existe una característica importante que las distingue. Mientras el psicoanálisis se centra en el análisis de las experiencias del pasado, en la psicodinámica se fija la atención en el presente. Por eso, con esta terapia psicológica se pueden abordar precisamente aquellos casos que quedaban lejos del pensamiento psicoanalítico, los que reclaman una intervención rápida y soluciones a corto plazo.

En cuanto a la forma de trabajo, es muy similar. Tanto la terapia psicológica psicoanalítica como la psicodinámica utilizan la Transferencia y la Interpretación como mecanismos para que, psicólogo e individuo, avancemos en ese conocimiento profundo de esas situaciones que han marcado tu evolución personal. La transferencia te permite hacernos partícipes de sentimientos o pensamientos que has experimentado tras vivir un acontecimiento determinado. Con la interpretación, los terapeutas te ayudamos a entender lo que te está pasando. ¡Una simbiosis que nos hace a ambos más felices y ricos emocionalmente!


Terapia psicológica Cognitiva


Si vamos a hacer un repaso sobre las principales formas de terapia psicológica, es imprescindible empezar citando la terapia cognitiva. Y, no solo porque es la segunda más aceptada y extendida, solo superada por el psicoanálisis. Además, es que su ámbito de intervención es muy amplio. Prácticamente para cualquier disfunción y, por supuesto, también para la atención de quienes os acercáis a la asistencia psicológica como una ayuda para dar un nuevo sentido a vuestras vidas, esta terapia psicológica es efectiva. Es una base sólida sobre la que asentar la intervención que os propongamos, cargada de todos los matices personales que vuestra historia merece.



La terapia psicológica cognitiva es, por tanto, uno de los pilares sobre los que se asienta la moderna Psicología Aplicada. El padre de esta corriente, que surge en la década de los 70, es Aaron T. Beck, psicólogo estadounidense. Es en esos años en los que empezó a defender en su particular teoría sobre la interrelación con la que se movían los pensamientos, sentimientos y conductas de la persona. Desde ese punto de partida construye su terapia cognitiva.

La idea de esta terapia psicológica es que si se identifican los pensamientos y las creencias distorsionadas que afectan a la forma en la que una persona siente y actúa, una intervención que consiga modificar estos pensamientos negativos tendrá un efecto positivo en su vida. Es decir, de una manera muy simple, sentimos como pensamos, así que, empecemos a pensar mejor para sentirnos mejor. En palabras del propio Beck, “si nuestro pensamiento es sencillo y claro, estamos mejor equipados para alcanzar nuestras metas”.

Uno de los conceptos básicos de esta terapia psicológica es el de "pensamiento disfuncional". Con esta expresión se alude a aquellos puntos de tu forma de pensar que no te conducen a nada, al contrario, que te producen malestar o te llevan a crear tus propios callejones sin salida, con la consiguiente frustración y desequilibrio emocional correspondiente. Ahora se trata de aprender a reflexionar, de profundizar en tu interior para detectar esas categorías mentales que te están perjudicando.

Por supuesto, poner en práctica este planteamiento no es tan sencillo o inmediato, pero desde nuestra perspectiva no puede ser más sugerente. Todos tenemos en nuestra mente las herramientas para convertirnos en esa persona que queremos ser. Nuestro papel como terapeutas no es orientarte o dirigirte, lo que hacemos es plantearte las preguntas adecuadas y enfatizar aquellas respuestas más significativas que tú mismo te das. De esa forma, vas avanzando en tu propio conocimiento y tomando conciencia de tus fortalezas y de tus vacíos.

Con esta terapia psicológica nos redescubrimos, a la vez que nos reinventamos. ¿Qué puede ser más atractivo que embarcarte en este proceso de aprendizaje? Para nuestro equipo, pocos proyectos pueden superar a este. Por eso, nos implicamos y nos comprometemos a llegar tan dentro y tan lejos como decidas. Siempre caminando a tu lado, apoyándote y disfrutando de tus avances.


No te conformes con cualquier psicoterapia online

La terapia Conductual


Un ejemplo más de esa sinergia y estrecha relación entre distintas formas de terapia psicológica. En esta ocasión, la terapia conductual es una especie de revisión de la terapia cognitiva. ¿Qué las diferencia? Pues que, la conductual se centra exclusivamente en la influencia que nuestros pensamientos ejercen sobre nuestra forma de comportarnos. Además, es la terapia psicológica de la acción porque lo que propone es reforzar las conductas positivas y deshacernos de aquellas que nos resultan dañinas.



Aquí no importan tanto los motivos o las razones profundas que están en el origen o explican una determinada emoción. De lo que se trata es de que reconozcas aquellos comportamientos que te hacen sentir bien, que son positivos y los potencies. Y, de la misma forma, te ayudamos a identificar las conductas que te incomodan o están minando tu bienestar para encontrar la forma de transformarlas o, si es necesario, eliminarlas. Esta terapia psicológica no tiene interés en encontrar respuestas al porqué, lo que le importa es el aprendizaje y su valor para modificar nuestra realidad.

Este enfoque eminentemente práctico es muy efectivo en el tratamiento de determinados trastornos de comportamiento. Las fobias, el TOC y la ansiedad son tres disfunciones en las que la aplicación de esta terapia psicológica atesora sus mejores resultados. Con la gran ventaja de la rapidez en la que empiezas a percibir esos avances. Esa contundencia de resultados se explica precisamente porque focaliza los esfuerzos en las conductas concretas que te ocasionan el conflicto.

Esa eficacia en los resultados es, sin duda, una de las cualidades de la terapia conductual que más nos atrae, ya que una de las prioridades de cualquier terapeuta es no olvidamos de que estamos trabajando para tu bienestar. Pero, además, si algo nos seduce en Sterapia de esta terapia psicológica es, precisamente, ese empuje que le da al proceso de aprendizaje como motor esencial del crecimiento y evolución de la persona. Por supuesto, con la meta de alcanzar un objetivo de mayor bienestar, pero poniendo el énfasis en el papel enriquecedor que tiene el propio proceso. ¡Aprender por el mero placer que nos reporta, porque es un acto que nos ayuda a progresar!


El enfoque Cognitivo-Conductual


El enfoque Cognitivo-Conductual, una suma enriquecedora


En esta terapia psicológica su propio nombre es de lo más explicativo, surge como resultado de la combinación entre la propuesta cognitiva y la conductual. ¿Esto qué significa? Pues, básicamente que incrementamos de forma exponencial los interesantes beneficios que ya de por sí presentaban estas terapias por separado. ¡Una suma que multiplica! No te debe extrañar que, con estos antecedentes, la terapia cognitivo-conductual se haya convertido en uno de los puntales de la Psicología moderna.



La puesta en común de conocimientos y experiencias subyace en el origen de esta terapia psicológica. Son los propios psicólogos adscritos a estas dos corrientes de pensamiento los que toman la decisión de aunar sus enfoques porque comprueban el impacto que nuestro pensamiento y nuestra conducta tienen en nuestro estado emocional. Además, entre ambos, comportamiento y pensamiento, existe una interdependencia tal que es imposible que actúen por separado.

Este aprendizaje teórico que adquieren los expertos es el que, mediante la aplicación de su terapia psicológica, se traslada a cada uno de nosotros. Se trata de tomar conciencia de cómo está en tus manos darles la vuelta a tus emociones más negativas si te esfuerzas en modificar las ideas y comportamientos que lleva asociados. De nuevo, reconocemos el poder transformador de nuestra mente pero, además, potenciamos el valor de actuar. Sí, es verdad, sentirte bien requiere de un esfuerzo. Pero… ¡tú tienes todo el control, puedes hacerlo realidad!

Es evidente que este enfoque está en perfecta consonancia con la filosofía que sustenta el proyecto de Sterapia. Su positivismo, su apuesta por el valor indiscutible de cada individuo y la posibilidad de evolución sin límites que abre esta terapia psicológica son factores con los que nos resulta muy fácil identificarlo. Pero, no como una postura intelectual, lo hacemos pensando en ti. Es tanto lo que la terapia cognitivo-conductual puede hacer por ti que se convierte en una de nuestras prioridades.

Cuando los estímulos internos cobran protagonismo


Muchas veces tendemos a culpabilizar a factores externos de nuestro malestar. Es humano, así podemos justificarnos interiormente: no tenemos la culpa, no podemos hacer nada por transformar el mundo exterior, no tenemos control sobre lo que pasa fuera. Todo cambia si le damos la vuelta a ese planteamiento. Si empezamos a entender que lo que sentimos, nuestro estado emocional, está directamente influido por nuestros pensamientos, y que nuestra forma de comportarnos afecta a cómo nos sentimos.



Es verdad, con esta forma de entender nuestro mundo emocional, nos convertimos en protagonistas indiscutibles de nuestras vidas. Pero, el objetivo de esta terapia psicológica no es que te sientas culpable. ¡Todo lo contrario! La idea es que lo analices en positivo. Ahora que sí está en tus manos cambiar cómo te sientes, estar mejor contigo mismo solo es cuestión de tiempo y de adoptar algunos cambios. ¡Mejor noticia imposible!

Y no temas, aunque no lo parezca, es un trabajo sencillo. Solo requiere de tu voluntad y constancia. Nuestro papel como terapeutas es proponerte un entorno de cercanía y confianza en el que te sientas cómodo. Mediante el diálogo, vamos analizando esos pensamientos negativos que te conducen a tener sentimientos disfuncionales, incluso destructivos. Y, después de identificarlo, es cuestión de ir encontrando la manera de transformarlos, de hacer que trabajen en tu crecimiento personal no que incrementen tu nivel de frustración. ¡Una vez que empieces a confiar en ti mismo y en tus posibilidades, nada se podrá interponer entre tú y tus deseos!


Aquí y Ahora

Terapia psicológica para el crecimiento: la terapia Gestalt


La intervención psicológica aún sigue relacionándose casi exclusivamente con la atención a personas que presentan problemas emocionales o de comportamiento. Por supuesto que esa es una faceta innegable e insustituible de nuestra actividad como psicólogos. Pero, si algo hace apasionante nuestra labor es que trabajar con personas nos permite ampliar esa perspectiva de asistencia. Estamos aquí para apoyarte en tu aventura de crecimiento personal, para acompañarte en tu proceso vital. Este planteamiento encaja bastante con lo que representa el pensamiento Gestalt como terapia psicológica.

De hecho, en el origen de esta corriente está la reivindicación del ser humano como un todo completo que solo puede entenderse como la integración de mente, cuerpo y alma. Considerada una representante indiscutible de lo que se conoce como Psicología Humanística, su objetivo esencial es dotarte de herramientas para que seas tú mismo quien profundices en tu autorrealización y seas capaz de avanzar por ti mismo en tu crecimiento personal.

Desde luego, es un punto de partida que siempre merece la pena tener en cuenta. Aunque desde la perspectiva clínica, es más controvertida su utilidad en el tratamiento de trastornos y disfunciones severas del comportamiento. Es el marco de problemas como la angustia, el miedo, los procesos de ansiedad, la baja autoestima o las crisis personales donde esta terapia ha mostrado su mejor rostro.

Si hay una expresión representativa de la terapia psicológica Gestalt esa es el "Aquí y Ahora". Es interesante, para entender este planteamiento, recordar que entre las bases intelectuales de esta corriente tienen un peso significativo las filosofías orientales y estos conceptos espaciales (aquí) y temporales (ahora) están en la base de ese pensamiento. Las personas percibimos lo que nos pasa como una experiencia unificada, de forma que pasado y futuro solo son proyecciones de nuestro presente. Trasladando esta idea a la perspectiva psicológica, la conclusión es que, si somos capaces de intervenir en nuestro comportamiento de hoy, lo hacemos en nuestro futuro y en la manera en la que revisamos el pasado.

Otros de los pilares en los que se asienta esta terapia psicológica es en la toma de conciencia y, como consecuencia, la aceptación de la experiencia como paso inevitable para tener más poder a la hora de decidirnos a cambiar aspectos de nuestra vida. También, la responsabilidad es un elemento consustancial de la intervención Gestalt, para lo bueno y para lo malo somos dueños de nuestros actos. Somos seres autónomos y eso implica que asumimos las consecuencias de nuestros comportamientos.

En definitiva, hay numerosos aspectos del enfoque Gestalt que son muy interesantes como herramienta para ayudarte a encontrar tus propias respuestas. Es cierto que, ha concitado críticas entre la comunidad científica por su carecer de una unidad de análisis, por la falta de unas definiciones claras. Pero, ese marco teórico y de conceptos es solo una parte de la Psicología. Si en su aplicación real puede sumar a tu proceso de superación personal, no dudes que aprovecharemos sus aportaciones.

El incipiente protagonismo de Mindfulness


Es difícil que no hayas oído en más de una ocasión este término inglés de Mindfulness. Probablemente te sea más familiar que su traducción a nuestro idioma, donde se denomina “Terapia de la Atención Plena”. Lo cierto es que, siendo escrupulosos, el Mindfulness no es exactamente una terapia psicológica, sino una técnica de meditación. Su objetivo es que aprendamos a estar, es una actitud ante la vida.



Con un claro origen en el pensamiento tibetano y la tradición budista es, simultáneamente, considerada como una terapia psicológica de tercera generación. Es decir, combina sus indiscutibles raíces en las más antiguas corrientes de pensamiento con una absoluta identificación con las características de nuestra forma de vida en las sociedades modernas. De hecho, una de sus aplicaciones más comunes es la de utilizar el Mindfulness para atajar problemas de estrés.

También es muy interesante la efectividad que ha demostrado cuando se incorpora como parte de un tratamiento cognitivo-conductual en pacientes con cuadros de depresión, trastornos alimentarios o en pacientes bipolares. Incluso, ha conseguido ser un sustituto válido de los fármacos. Y, hablamos de situaciones tan delicadas como las fibromialgias o el dolor crónico. Con estos antecedentes es imposible que no forme parte de las posibles herramientas con las que trabajar en cualquier consulta psicológica.

En Sterapia hay una cualidad de Mindfulness con la que nos sentimos muy identificados. Es esa parte en la que propugna una forma distinta de volver a conectar con nosotros mismos desde la calidez. Esta técnica nos ayuda a querernos, a ser comprensivos y compasivos con nosotros mismos. Una actitud que no suele ser el foco de atención cuando hablamos de Psicología y que, sin embargo, a nosotros nos parece imprescindible. Porque solo si te quieres y aceptas tus propios fallos, podrás evolucionar y, además, entender los errores ajenos. El mundo es un lugar más vivible y enriquecedor sin tanta presión, con menos críticas y más empatía.

Otras formas de terapia psicológica:

ACT o terapia de aceptación y compromiso


Es imposible ir detallando todas y cada una de las distintas terapias psicológicas, eso ya te lo habíamos anunciado. Sin embargo, creemos que al menos merece la pena intentar plasmar, aunque sea de forma muy sintetizada, las principales opciones. Sobre todo, pensando en ti y en que puedas acudir a nuestra terapia online con la mayor apertura de mente posible. Ese es, además nuestro planteamiento terapéutico.



Ten en cuenta que los distintos miembros que conformamos el equipo de Sterapia, no solo provenimos de distintas especialidades y ramas de las ciencias de la salud mental. También tenemos trayectorias académicas en las que hemos incorporado, y lo seguimos haciendo, conocimientos y formación en distintas corrientes y escuelas. Todo con un claro objetivo, estar seguros de poder ofrecerte la más completa atención, la respuesta óptima a tus necesidades.

Por eso, más allá de las terapias más practicadas y reconocidas, no podemos dejar de mencionar otras cuyo papel complementario resulta decisivo en algunas de nuestras intervenciones. Un ejemplo muy representativo es la llamada "Terapia Experiencial". De nuevo se trata de una variante dentro de esa Psicología Humanística que pone el foco de atención en la persona entendida como un ser exclusivo y excepcional. Bajo el prisma terapéutico experiencial son las emociones el factor decisivo que nos define. Y es precisamente la base con la que se trabaja en este tipo de sesiones. La idea es que reformular los comportamientos y las creencias que van ligados a esas emociones.

Igual de importante resulta la ACT o Terapia de Aceptación y Compromiso. Si estás familiarizado con la escuela cognitivo-conductual, estos dos conceptos no te serán desconocidos. En esta variante, lo que hacemos los psicólogos es proponerte una serie de ejercicios concretos que te ayudan a profundizar en el conocimiento de los aspectos más negativos y dolorosos de tu vida. Pero, no con el objetivo de que te recrees en ese sufrimiento. Muy al contrario, se trata de que aprendas a ser más flexible contigo mismo. La rigidez mental solo conduce a la frustración y a la pobreza interior. Es imposible crecer como persona manteniendo unas pautas de conducta y pensamiento tan severas que no dejen espacio a una cierta improvisación y al cambio.

Y puede que desconozcas a qué se refiere exactamente un término que está incorporado a nuestra cotidianidad, pero de una forma un tanto confusa. Nos referimos a la Logoterapia, creada en el marco de la sociedad de la postguerra mundial, profundamente traumatizada por los terribles acontecimientos pasados. Su creador, el psiquiatra austríaco Víktor Frankl experimentó en primera persona el horror de los campos de concentración. Su terapia está íntimamente ligada con la filosofía existencial y en la que la clave es la búsqueda del sentido de nuestra propia vida. Reivindica, como otras escuelas, el valor de la persona como ser único e irrepetible, pero en esta ocasión, añadiendo una dimensión espiritual a nuestra existencia. Frankl defiende que, incluso en las circunstancias más adversas, tenemos un cierto margen para actuar con libertad y siendo consecuentes con ese sentido que queremos darle a nuestra vida.

El sugerente mundo de la hipnosis


La hipnosis es, probablemente es una de esas técnicas mentales que concitan tantos detractores como fervientes defensores. ¡Y ambas posturas sustentadas con la misma intensidad! La explicación de tanta divergencia puede estar relacionada con cierto halo misterioso que se asocia con la hipnosis. Hay mucha leyenda y mitos alrededor de esta herramienta. Por supuesto, la idea de que un tercero pueda ejercer un control absoluto sobre tu mente sin que tú seas consciente, no ayuda en nada a verla como un complemento efectivo de tu terapia psicológica. Pero, esta hipnosis de la que te hablamos nada tiene que ver con un espectáculo televisivo, te lo aseguramos desde ya.


¿Qué es la hipnosis?
¿Qué sientes cuando estás hipnotizado?

Aplicando los últimos avances

Terapia psicológica y Neurociencia


En Sterapia siempre ponemos el foco de nuestra prioridad en la persona y el enriquecimiento que implica la aportación única de cada experiencia vital. Pero, en la misma medida, nos mantenemos abiertos a todo lo que supone avanzar en conocimiento y aprovechar cualquier aportación que venga desde la ciencia. Por eso, nos parece tan interesante que conozcas la implicación de la Neurociencia en la terapia psicológica y, como consecuencia, en la mejora de tu estado emocional. Una frase sintetiza este novedoso enfoque, "tu bienestar está en tu mente".

¡Sí!, no podemos estar más de acuerdo con este principio. Tu estrés, abandonar esta etapa en la que la ansiedad te impide disfrutar de tu vida o empezar a ver algo de luz en ese túnel en el que te ha sumido la depresión son circunstancias que puedes superar si descubres todo el potencial que se esconde en tu cerebro. ¿Cómo podemos ser tan contundentes? Pues, a parte de nuestra propia experiencia tras años de tratar con vosotros, de compartir vuestro día a día, de celebrar vuestros avances, nada más gratificante que tener un apoyo corroborando nuestras conclusiones. Es lo que nos aportan las terapias neurocientíficas.

Seguro que despertamos aún más tu interés si te decimos que hay quienes conocen a la terapia psicológica basada en la neurociencia como ¡la Psicología 2.0! La idea es que aplicando los nuevos descubrimientos que se han hecho respecto al cerebro, las terapias y los tratamientos pueden obtener resultados antes. El desarrollo de las neurociencias ha venido de la mano del aumento de las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o el párkinson, y ciertos trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia. Hace falta un mejor conocimiento de nuestro cerebro. Aplicadas al mundo de la Psicología, estas innovadoras técnicas te van a permitir liberar tus emociones, salvar tu malestar emocional de forma más rápida. Y, con la misma efectividad que una terapia psicológica más tradicional.

Abiertos a la ciencia

Mitigar traumas con el EMDR


¿Esto es posible? Y, sobre todo, ¿es fiable? Pues, solo te vamos a decir que la principal terapia psicológica asociada a las neurociencias, el EMDR ha obtenido el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud. Estas siglas corresponden a lo que se denomina Desensibilización y Reprocesamiento a través de los Movimientos Oculares, una técnica que se está aplicando con éxito en el tratamiento de personas afectadas de traumas severos como consecuencia de haber protagonizado circunstancias tan terribles como guerras, atentados terroristas o catástrofes naturales o, también, en con las víctimas de agresiones sexuales.

Lo que hace el terapeuta es simular de forma consciente los movimientos que realizan involuntariamente nuestros ojos durante la fase REM del sueño, ese momento en el que estamos profundamente dormidos y nuestros ojos se mueven muy rápidamente. En la consulta, el psicólogo pide a su paciente que siga con los ojos abiertos el movimiento horizontal de sus dedos a la vez que evoca ese recuerdo especialmente doloroso que ha desequilibrado su estado emocional. Con este gesto, la amígdala del cerebro que gestiona las emociones se relaja y, con ella, todo el organismo baja su nivel de estrés. Y, lo más importante, el recuerdo va perdiendo fuerza.

Desde nuestra perspectiva, este tipo de terapia psicológica puede ser un complemento muy interesante para intervenir sobre ciertos recuerdos que pueden estar almacenados en tu mente, sin que tú seas consciente, pero que condicionan algunos de tus comportamientos actuales. Es muy común que fobias o trastornos de comportamiento se expliquen porque tu mente quedó herida por algún suceso que no has sido capaz de superar. También, el EMDR ayuda a tratar depresiones y ansiedad o si tienes una especial dificultad para avanzar en una etapa de duelo.

Si tienes cualquier duda respecto a nuestras terapias, en Sterapia estaremos encantados de poder hablar contigo sin ningún tipo de compromiso.