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Terapia para la depresión


No, estar triste no es una anomalía. Es una de nuestras emociones básicas. Necesaria y útil para nuestro crecimiento personal. Así que no pienses que tienes que lanzarte a buscar soluciones, como una terapia para la depresión, solo porque estés más decaído de lo normal. Aunque en Sterapia preferimos que contactes con nosotros ante la duda. ¡Hablaremos contigo y valoraremos juntos todas las opciones!


Desde luego, lo que no hacemos es trivializar ni un ápice con nada que tenga que ver con este importante trastorno del estado emocional. Una marcada apatía, desinterés por todo lo que antes te parecía importante, insomnio y falta de apetito, son solo algunos de síntomas más comunes que avisan de una posible depresión. ¿Te resultan familiares? De hecho, la terapia para la depresión es uno de los tratamientos psicológicos más demandado a nivel mundial. Pero, sobre todo, lo que nos importa transmitirte es su eficacia. ¡Puedes despedirte de tu depresión!

Terapia para la depresión - Sterapia, terapia online
Terapia para la depresión - Sterapia, terapia online

Terapia para la depresión en adultos


Una de las características del trastorno depresivo es su complejidad. Adopta mil caras, incluso una misma persona puede verse afectada por formas distintas de depresión a lo largo de su vida. Por eso es tan determinante a la hora de elegir la terapia para la depresión más adecuada a cada caso, analizar muy bien a cada persona. Si hay una ocasión en la que es imprescindible apostar por un tratamiento individualizado, sin duda, es en la terapia para la depresión.


Sin embargo, eso no quiere decir que no podamos hacer un primer acercamiento diferenciando dos tipos básicos, la depresión mayor y la distimia (o depresión persistente). Si estás deprimido durante todo el día, todos los días, y este estado anímico tiene tal intensidad que te impide realizar hasta las actividades más sencillas, es más que probable que sufras la primera. Si tus episodios de tristeza son más tenues e intermitentes, pero llevas arrastrándolos años, el diagnóstico más posible es distimia.


Pero, en lo que se refiere a la terapia para la depresión que te conviene, no creas que este es el factor que va a marcar una línea u otra de actuación. En Sterapia estamos convencidos de que el valor del diálogo es el mejor instrumento con el que contamos los terapeutas para tratar este problema, que es mucho más que simple tristeza.

¿Cómo tratamos a un niño deprimido?


No hay nada más adorable que las risas infantiles. Sin embargo, los niños deben transitar por todo el abanico de emociones como parte indispensable de su aprendizaje. Claro que una cosa es que se sientan tristes ante la negativa a cumplir uno de sus caprichos, la despedida de un amigo o la pérdida de su mascota más querida, y otra muy distinta que la tristeza y la apatía sean su estado habitual.


La depresión infantil es mucho más frecuente de lo que imaginas. Algo estamos haciendo mal como sociedad cuando provocamos en los más pequeños este estado anímico tan devastador. Como padre, más que sentirte culpable, a lo que te debe mover esta reflexión es a llevar a tu hijo a terapia para la depresión ante la menor sospecha de que algo no va bien.

Adolescencia y depresión: una combinación de alto riesgo


Un adolescente es la presa perfecta para sufrir todo tipo de problemas emocionales. Su vulnerabilidad es total, precisamente por estar inmerso en la etapa de transformaciones físicas, sociales y mentales más profundas de toda su vida. El trastorno depresivo no es una excepción, al contrario, es más que frecuente que se presente durante la adolescencia.


Y con un agravante muy peligroso. Un adolescente deprimido que se siente rechazado, solo, incomprendido y sin apoyos puede tomar decisiones muy equivocadas y de graves consecuencias. Sin llegar al suicidio, puede tomar el camino de las adicciones, o una actitud demasiado trasgresora que marque toda su vida. Una terapia para la depresión inmediata es más que imprescindible en la adolescencia.

Una terapia para la depresión de nuestros mayores


Hacerse viejo no es nada fácil en nuestra sociedad “perfecta”, donde están sobrevalorados factores como la juventud, un estilo de vida concreto o determinado modelo de belleza. Curiosamente, es en nuestros países occidentales, con sus avances médicos y su buena calidad de vida, donde más años vivimos.


Esta contradicción cae como una losa en muchos de nuestros mayores que, en lugar de disfrutar merecidamente de esa última etapa de su vida, se ven sumidos en la depresión. La terapia para la depresión nos ayuda a cumplir años disfrutando de todo nuestro bagaje vital. Y a afrontar la soledad, o a asimilar realidades tan difíciles como que tenemos que dejar nuestra casa para ir a vivir a una residencia. ¡Es tan importante que te enorgullezcas de quién eres y que tengas ilusión por seguir avanzando!

Mujeres y hombres, ¿afrontan igual la depresión?


Sobre la prevalencia e intensidad de la depresión teniendo en cuenta el género de quien la padece, hay mucha literatura. De hecho, durante mucho tiempo, parecía una enfermedad exclusiva de las sensibleras y débiles mujeres. La realidad es que, analizando cifras, la terapia para la depresión es solicitada prácticamente en la misma proporción por hombres o mujeres.


Sin embargo, ser mujer sí supone una cierta desventaja respecto a ser hombre al hablar de depresión. No porque la padezcamos más, sino porque tenemos ciertas variantes que son exclusivas de nuestro género. La depresión postparto es el ejemplo más significativo. No te preocupes en exceso, embarazo no es sinónimo de depresión, y la mayoría de las mujeres viven el nacimiento de sus hijos en una plenitud de felicidad comparable a pocas experiencias.


Nuestra biología también nos juega una mala pasada, las oscilaciones hormonales son un buen caldo de cultivo para tener crisis depresivas. Aún más evidente se hace su influencia en momentos tan especiales como la menopausia. Y otro de los supuestos de depresión “femenina” que con más frecuencia atendemos es el que va asociado al cáncer de mama, no tanto por la enfermedad en sí, sino por la dificultad de asimilar las secuelas físicas del tratamiento. Pero ser mujer también te provee de habilidades antidepresivas, ¡juntas podemos descubrirlas!